miércoles, 12 de marzo de 2008

Espejo

Si el tiempo se pudiera cuantificar, en lugar de dividir en periodos, podriamos decir que no era mucho el que le quedaba. Ya deberia haber salido y todavia está acomodando papeles de trabajo. Terminó y se arregló el pelo frente al espejo. Tanto es el apuro que no notó que los movimientos de su mano no concordaban con los que hacia su reflejo. Listo. Agarró sus cosas, apagó las luces y salió. El cuarto vacio, quedó en una penumbra grisacea que no es luz ni oscuridad. En la habitación inversa que reproduce el espejo, su reflejo se sentó cansado y abandonado y encendió un cigarrillo.

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